Las Células Madre

Anna Fitzgerald es una científica que trabaja con células madre pluripotentes inducidas. Ella se muestra optimista ante el potencial de la reprogramación de células y opina que las terapias con células madre tendrán una gran importancia como método para tratar las causas fundamentales de un gran número de enfermedades serias. Sin embargo, sabe que este tipo de terapias todavía tiene un largo camino por recorrer y opina que no deberíamos precipitarnos al realizar pruebas clínicas. También se muestra preocupada por la gran cantidad de recursos necesarios para poner este tipo de terapias a disposición de un gran número de personas de forma económica. Desea que sus investigaciones beneficien a todo el mundo, no sólo a un pequeño grupo de pacientes ricos que puedan permitirse tratamientos de especialista.

La Sra. Liz Hopeful lleva 5 años casada. Le encantaría tener hijos, pero aún no ha podido quedarse embarazada. Así que su marido y ella han comenzado un tratamiento de FIV. El primer ciclo del tratamiento no funcionó, pero aún tienen 6 embriones congelados. Todos ellos tienen nombre. Uno de los papeles de la solicitud preguntaba si estaban preparados para donar algunos de los embriones del tratamiento de FIV para la investigación con células madre. A Liz le horroriza la idea de que se experimente con los embriones.

El Padre O’Reilly es un cura católico. Ve mucho sufrimiento en el mundo y en su propio país, y siente gran compasión por ello. Pero, fiel a las enseñanzas de su iglesia, cree que un embrión humano es una vida sagrada desde el momento de la concepción. Esto significa que es imposible aceptar cualquier tipo de investigación con embriones. Los experimentos se deberían realizar únicamente con células madre de la sangre del cordón umbilical. Piensa que a los científicos no les preocupan las leyes espirituales y deberían guiarse por aquellos que sí lo hacen.

Me llamo Áron Sárallyai. Soy un estudiante universitario de 23 años. Nací con una inmunodeficiencia primaria hereditaria que me ha causado numerosas y complicadas enfermedades durante toda mi vida. Mi estado de salud empeoró mucho durante estos últimos años y finalmente se convirtió en algo grave. El único tratamiento que me ha ayudado ha sido la terapia con células madre. Recibí las células madre por parte de un donante adulto extranjero, a quien le estoy muy agradecido. El proceso fue indoloro para ambos. Gracias a la donación de células madre, mi sistema inmunológico puede ser el mismo que el del donante. Tengo la oportunidad de estar sano. Estoy a favor de la terapia con células madre, sólo entre voluntarios adultos, ya que puede curar enfermedades graves. Sin embargo, pido a todos que tengan precaución, ya que no es una solución milagrosa, aunque con la atención suficiente, puede servir de ayuda a muchas personas.

Sir Grant Cameron encabeza uno de los equipos más importantes de investigación de células madre embrionarias. Está preocupado por lo que él ve como un evidente atractivo emocional de los que se oponen a la investigación con embriones. Es irracional atribuir un estatus moral humano a lo que sólo es un montón de células en esa etapa tan temprana de su desarrollo. En sus apariciones en los medios apela al debate inteligente y racional. ¿Cómo pueden algunos estar en contra de una cura para tantas personas? Piensa que es inmoral entorpecer el camino de esta investigación, que podría encontrar la cura para estas enfermedades degenerativas.

Janice Fortune ha sido empresaria toda su vida. Ha establecido una empresa para crear células madre para la investigación y una posible práctica clínica. Se preocupa por las personas enfermas y es consciente de los problemas éticos, pero su principal preocupación es cómo dirigir una empresa rentable cuando la gran promesa de las células madre podría tardar 10 años más. Si parece que los embriones van a dar los resultados más rápidos, los usará; si parece que lo harán las células adultas, optará por ellas.

Ted Murdoch tiene 50 años y una buena carrera laboral. Está cerca de su familia y estaba esperando jubilarse pronto. Pero le han diagnosticado la enfermedad del parkinson y ya está perdiendo algo de habilidad funcional. Esta enfermedad le asusta. Morirá lentamente y seguramente le causará mucho sufrimiento a su familia mientras tanto. Él no quiere ser una carga. Ha oído que las células madre pueden ser una posible cura y cree que pueden salvar a gente como él. Se convierte en un gran partidario de la investigación con células madre embrionarias. Juntos seguro que vencerán la enfermedad.

Amanda es una joven bióloga celular en un importante instituto de investigación con células madre. Recientemente los responsables de regulación del gobierno autorizaron a su jefe para utilizar embriones clonados, realizados a partir de una muestra de sangre de un paciente con una enfermedad neuronal motora. Se les extraerán las células madre para crear una reserva de células que manifiesten la enfermedad. Amanda duda de la creación de embriones sólo para la investigación. Le preocupa que los científicos inconformistas puedan utilizar los resultados para intentar clonar personas. El proyecto es especulativo, pero podría suponer grandes adelantos en el entendimiento de enfermedades muy graves. No sabe qué postura adoptar.

Zed es transhumanista. Para él, la medicina regenerativa con células madre es sólo un objetivo a corto plazo. Prevé una convergencia de la investigación sobre la clonación, la genética, las células madre, la cibernética y la nanotecnología, que propiciará cambios permanentes en la genética humana y muchas más cosas. Esto no sólo eliminaría las enfermedades genéticas, sino que también permitiría realizar mejoras. Podríamos ampliar nuestra inteligencia, incrementar nuestras capacidades sensoriales, aumentar nuestra resistencia y vencer el envejecimiento. Desdeña nuestra poca visión de futuro religiosa y ética. Deberíamos comprender que el destino de la humanidad está en nuestras propias manos. Toda regulación amenaza con privarnos de ese destino.

Dr. Sharon Taylor is a neurosurgeon and often sees patients who are paralysed as a result of a serious injury to their spinal cord. She keeps up to date with the latest developments and is keen to try the latest technologies, but she is worried that stem cells are often presented as a magical cure. She feels under pressure from patients and their families to perform stem cell transplants whatever the risk. However, she knows that such therapies have not been thoroughly tested and clinical trials are only just beginning. She is not prepared to use stem cells until a safe and effective therapy is available, but she worries that desperate patients will turn to unscrupulous people who might exploit them to make money, despite health risks.